miércoles, 2 de mayo de 2007

El Derecho Leer

La lectura es uno de los tantos procesos que aprenden la mayoría de las personas con facultades normales de aprendizaje. A través de los años de estudios vamos completando este proceso con diferentes tipos de libros sugeridos o de elección propia.

Pero ¿Qué pasa cuando la lectura no está al alcance de todos? Por diferentes motivos muchas personas están marginadas, pero el factor principal es el alto precio de los libros en diferentes tiendas especializadas o de diversa índole que venden libros, como por ejemplo, las casas comerciales. Esto se debe al elevado impuesto, que alcanza al 19% del precio total y un ejemplo concreto de ello es el libro "Corazón Disléxico" que se vende en Falabella a un precio de $ 6.990, del cual $ 1.321 corresponde al sobrecargo perteneciente por comercializarse aquí en Chile.

Muchas librerías que no pertenecen a grandes conglomerados editoriales se han visto perjudicadas con la disminución progresiva de clientes, dejándolas al borde de la quiebra o al remate de stock a precio de compra. Otro de los factores que han contribuido a la reducción de la adquisición de textos es la incorporación de medios digitales, como Internet y televisión, este último según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó que 4 de cada 5 chilenos no comprenden completamente su propio idioma y que en Chile, se destinan 3 horas semanales en promedio a leer (periódicos y revistas en su mayoría), mientras que se gastan 28 en televisión. Volviendo netamente a las ediciones impresas, los plagios que se han masificado en el último tiempo se han convertido paulatinamente en verdaderas redes de robo al derecho de autor e intelectual, siendo unos de los cánceres que agrava aún más el ya enfermo negocio de la literatura. En el transitado centro de Santiago, principalmente entre las calles Ahumada y Estado se comercializa una gran cantidad de libros "piratas" a vista y paciencia de quién quiera presenciar aquel acto, e incluso a vista de los mismos locatarios de librerías que sólo deben resignarse ante el ilícito suceso. Tal es el caso de la Librería Antártica ubicada en calle Moneda, que dentro de sus amplias vitrinas se vende el best seller "Inés del alma mía" de Isabel Allende a un precio de 9 mil pesos, mientras que en la vereda de en frente, con una portada de impresión inferior al igual que sus hojas, el libro se encuentra a 3 mil pesos, o también a 2.500 si se consigue alguna rebaja.

Si van a la Biblioteca Nacional, particularmente a la sala de lectura Gabriela Mistral, los libros de consulta son sólo utilizables dentro del salón y no existe el préstamo domiciliarios de éstos, pero la institución ofrece una solución, y esa es el muy conocido recurso del fotocopiado. Frente al mesón de atención del centro de multicopiado se distingue un gran afiche que dice "Cada vez que fotocopias un libro, lo estás matando ­­­­­­­­(Gobierno de Chile)" ¿Acaso matarlo en una institución gubernamental es más correcto que hacerlo en otros centros que ofrecen el mismo servicio? Entonces si el gobierno no baja los impuestos, la sociedad chilena se está convirtiendo, lamentablemente, en una comunidad que viola y mata sin escrúpulos los derechos de propiedad intelectual privada. No basta con haber modificado la actual ley Nº 17.336 y sancionar de una forma más dura a los que cometen estos delitos, si no se educa y tampoco se toma conciencia del real daño de imagen que está obteniendo Chile a nivel mundial frente a estos hechos. Y si este comercio va en aumento es una clara señal de que realmente hay interesados que quieren acceder de una forma más económica al DERECHO NATURAL DE LEER de cada individuo.


Maximiliano Aguilera

la.tertuliaportaliana@gmail.com

4 comentarios:

Profesor Exequiel Monge dijo...

Saludos, portalianos...

el artículo me parece interesante, sobre todo por dos cosas que son destacables: una es la seriedad y el apego a la verdad, datos serios y precisos conectados con la realidad a través de ejemplos vívidos y puntuales, y lo otro es que hay una posición clara de parte del autor. Hace un juicio: no se conforma con mirar la realidad, sino que la interpreta y la valora. Y eso es muy destacable, y sobre todo muy valiente en un mundo cuya caractertística es la incapacidad de tomar posición en forma sincera. Felicidades.

Alex dijo...

Hola a uds.

Interesante artículo. Lo sentí como una honda queja a un sistema que busca la anulación del individuo privándole de la información. Es muy válido y refleja el espíritu del joven profesional que se encamina con decisión a ser partícipe de su tiempo, transformándose en agente de cambios positivo.
Sugiero eso sí cuidado pues un corazón que late con intensidad no permite que la razón haga lo propio en pro de la óptima comunicación. De repente se siente que la pasión agolpa las ideas. La calma que da la experiencia hará sin duda al autor un profesional de renombre.
Mis mejores deseos a Uds. Portalianos

Anónimo dijo...

Maxi
Creo que hiciste hincapié en un tema muy importante: la falta de lectura en los chilenos.
Si bien es cierto, existen millones de excusas antes de leer un libro (falta de tiempo, exceso de trabajo, desinterés, etc.), el precio de los textos contribuye, sin lugar a duda, a que no podamos acceder a nuestra propia lengua. En otras palabras, no podremos ampliar nuestro léxico si no leemos. Es triste pensar que el dinero, determine no sólo el hecho de cuántos libros podremos leer, sino que también, el nivel educacional de cada persona.
Creo, que todas las manifestaciones artíticas deberían ser más asequibles con respecto al tema monetario. Considero injusto que un pobre no tenga la oportunidad de visitar una exposición de arte, o una obra teatral, o simplemente leer un buen texto.
Ojalá, que con el tiempo, los futuros profesionales nos preocupemos en mayor medida de no sólo incentivar el hábito de la lectura, sino que también de bajar los precios de los libros. De esta manera, las siguientes generaciones, tendrán la posibilidar de leer a bajo costo y ya no podrán escudarse en la frase: ¡No tengo tiempo!, pues poseerán todos los instrumentos necesarios.

Un beso

Anónimo dijo...

El tema tiene un buen desarrollo, pero en algún momento se escapa la idea y se pierde la fuerza que debía seguir teniendo. Ojo con los acentos.